jueves, 23 de enero de 2014


INTRODUCCIÓN:


En la década de los 50 se produjo una gran revolución en la moda a nivel internacional, estos cambios dejaron a un lado el corsé, entre otros, que comprimen el abdomen y realzan el busto de las mujeres causando trastornos severos al organismo, que resultan realmente incómodos.

Buscando mayor comodidad en las prendas, se dio origen al Prêt-à-porter, donde la alta costura se vio desplazada, sin llegar a desaparecer.




¿Que es el Prêt-à-porter?

 Él Prêt-à-porter es una expresión francesa que significa textualmente “Listo para llevar”.; es por tanto la moda que  se ve en la calle a diario.

Todo comenzó cuando el italiano Pierre Cardin, se había decidido a lanzar su moda futurista como lo había hecho André Courrèges (uno de los que creó la minifalda). Pero pensó que no bastaba con que la moda fuera futurista, sino que además necesitaba que las prendas fueran practicas para que la gente pudiera tener acceso a ella. 


Quería hacer lo que ningún otro diseñador: 


“Democratizar la moda y sacar la ropa de las pasarelas a las calles.”



¿Cómo lo hizo? 


Su revelación fue inventarse el ‘listo para llevar’ que, a pesar de ser muy cotizado en la actualidad, fue la pesadilla de muchos diseñadores de alta costura de la época, porque hacer moda con diferentes tallas era algo nunca antes visto, por lo tanto mal visto. Lo que se consideraba como moda era la alta costura (piezas hechas a mano, a la medida, por encargo y únicas). Mientras que con el Prêt-à-porter, Cardin proponía una moda más accesible y para más tipo de mujeres.

Comenzó entonces la fabricación en serie, lo que implicaba una nueva irreverencia de la moda, no era solo que la clienta tuviera la oportunidad de entrar a los almacenes y pudiera por fin encontrar ropa de acuerdo a su fisonomía, sino que además ofrecía prendas repetidas. Se podían encontrar seis faldas negras iguales, diez blusas blancas iguales, ocho chaquetas azules iguales... esto cruzó lo inimaginable.


La tendencia no demoró en generar el rechazo de grandes diseñadores y Cardin “prácticamente fue destronado de los oráculos de la moda en París, porque sostenían que estaba blasfemando, haciendo que la moda fuera talla 34, 38, 40, 42…”.


Aún así, poco a poco tuvo una acogida social y pronto se dieron cuenta de la rentabilidad que genera esta atrevida tendencia. A Cardín lo empezaron a seguir diseñadores jóvenes y luego varios de alta costura como Yves Saint Laurent y Chanel. En la actualidad casi todas las casa de moda tienen su colección Prêt-à-porter, aunque unas más sofisticadas que otras.